lunes, septiembre 11, 2006

¡Qué pena con Godínez!



La verdad no recuerdo de dónde viene esa frase. Pero bueno...
Hoy me pasó un evento medio bochornoso. Llegué un poco antes de las 8 AM a la oficina, todo muy bien. Mis clases preparadas, etc, etc. Cuando voy camino a clase, hago una parada técnica y... problemas. El cierre de mi pantalón no sirve más. La cosita que hace que los dientes de los dos lados del cierre se unan y se mantengan así, dejó de funcionar. Totalmente. Por supuesto que me regresé a la oficina a ver con qué carambas mantenía cerrada dicha "puerta". Encontré un par de broches de seguridad y pues sirvieron, aunque ahora por la manera en que los pude colocar, daban lugar a una protuberancia no muy estética. Qué circunstancia. Tener que estar frente a dos grupos explicando cosas con el temor de que eso de pronto simplemente se abra o que los dobleces sugieran otra situación. Total que hoy, como nunca, me la he pasado con el saco del traje abrochado todo el tiempo. Ya quiero que sean las 5:30 para poderme ir.

Esto estuvo peor que la vez de los zapatos. Por cierto de aquella ocasión creo que lo comenté en el blog, pero no puse ninguna foto. Queda en este a manera de recuerdo. Yo no creo que sea algo tan raro que a alguien (en lo nebuloso de las mañanas) se le haya ido ponerse un par de zapatos de diferente par. Además, debo decir a manera de descargo hacia mí que eran muy similares. Vean ustedes mismo y juzguen si no.